Managua 72: ¿Qué fue de tanta ilusión?

** Un recorrido por los sitios que hasta las 12:30 del 23 de diciembre representaban la arteria central de la capital
** En unos segundos todo fue ruinas, y hoy sólo queda para los antiguos managuas la añoranza de cada momento de alegría vivido bajo esos aleros que no volverán

Francisco Gutiérrez Barreto

A la derecha el Club Managua, al fondo a la izquierda el Distrito Nacional y a la derecha la Gerencia del Ferrocarril.
Todo cayó y solo quedó el monumento a Darío.

Primera entrega

El objetivo de la presente propuesta es definir, casa por casa, cómo fue la Avenida Roosevelt antes de las 12:27 a.m. del 23 de diciembre de 1972, hora y fecha del terremoto que destruyó Managua. Con frecuencia escucho relatos sobre esta vía y otras, encontrando siempre discrepancias por lo cambiante que fueron, engañando así a las mejores intenciones y a la memoria misma. Asimismo, existen artículos plenos de errores garrafales.

También hay escritos que afirman que se llamó Avenida Sandino, extraña retórica que atenta contra la historia. Nunca llevó ese nombre. La única Avenida Roosevelt real es aquella de esa fecha porque el cambio acontecido fue total, quedando unos pocos edificios de referencia actual Es, pues, la sola que se puede registrar con precisión. Trataremos, en el trayecto, de recolectar historia sobre las edificaciones que la adornaron.

Viajaremos de Norte a Sur, o sea del Lago a la Montaña, nombre este último en desuso, que originalmente se dio, porque en la Managua de inicios del siglo XX y anteriores, donde hoy está el Hotel Crowne Plaza y alrededores de la laguna de Tiscapa, existió una montaña seca tropical. Otro nombre perdido para este punto cardinal es la Loma, por la altura de la mencionada montaña, y por el complejo gubernamental del mismo nombre que allí se erigió. El motivo de la escogencia es por el sentido vehicular que hubo, en una sola vía hacia el Sur.

Nuestras fuentes

Importante para este trabajo resultaron las fotografías post terremoto hechas por don Nicolás López Maltés y por otros autores, las cuales han sido mostradas en los diarios; la guía telefónica de 1972, y entrevistas con antiguos usuarios de los viejos inmuebles caídos. Los recuerdos sirvieron sólo de guía.

Comencemos:

La famosa Roosevelt nacía en la carrilera del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, y su nombre, en homenaje al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, fue dado cuando Anastasio Somoza García regresó de su visita oficial a Estados Unidos en 1939. Antes se llamó Avenida Central, y ésta, con la Calle Central, conformaron el corazón de la capital. Este cruce dividió la ciudad en cuatro cuadrantes relacionados con los puntos cardinales: Norte (lago), Sur (montaña o loma), Este (arriba) y Oeste (abajo o panteón, también relegado este último).

Después de la carrilera y hacia el Norte, estaban y persisten terrenos baldíos que terminan en la costa del lago. Si la Roosevelt hubiese continuado, entonces hubiese limitado con el estacionamiento Este del Teatro Nacional Rubén Darío, obra que nació por iniciativa de doña Hope Portocarrero de Somoza, y que fue financiada con donaciones de la iniciativa privada y del público en general. Los arquitectos José Francisco Terán, Alfredo Osorio Peters, Eduardo Chamorro Coronel y su hermano Filadelfo, hicieron el diseño.

Fue construida por Cardenal, Lacayo, Fiallos, S.A., e inaugurada el 6 de diciembre de 1969, la misma fecha de la inauguración del Hotel Intercontinental Managua: dos obras monumentales que, en los extremos de la Avenida, engalanarían la capital.

La primera cuadra hacia el Sur estaba conformada, al lado de abajo, por el Parque Rubén Darío, que con dos puentes en forma de arcos conectaban, y aún lo hacen, el teatro con el parque del vate. Por la banda contraria había una cuadra de unos 15 metros de ancho por ochenta de largo donde estaba el anexo del Club Managua, hecho bajo una estructura liviana de concreto, tipo cascarón, blanca y de una sola planta. Un pasadizo cubierto, solventaba una callecita con tope en el parque, y unía el club con el anexo. El anexo y el pasillo fueron diseñados por el arquitecto Róger Solórzano Marín.

El barrio La Bolsa y El Plaza

Antes de construirse el anexo, en esa manzana angosta estaba parte del barrio de La Bolsa, de cuestionada calaña según los diarios. Esta reforma se hizo cerca de 1961. El club, de majestuosidad arquitectónica, fue diseñado y construido por el maestro de obras nicaragüense don Francisco Aranda, autor también del Palacio del Ayuntamiento o Distrito Nacional. Par de bellezas heredadas a nuestras añoranzas, con sus magníficas escalinatas.

El Club Managua conformaba la segunda cuadra del lado de arriba o Este, y su frente daba hacia la Plaza de la República, teniendo una calle que dividía, y aún separa, al Parque Rubén Darío con el Parque Central. A ella la llamábamos, Calle del Club Managua. El actual Palacio Nacional o “Casa Mamón”, ocupa terrenos del caído Club Managua.

El Parque Central formaba la segunda cuadra Este de la Roosevelt, enfrentando a la Plaza de la República por el lado Oeste. Ambos espacios estaban definidos al Sur por la Quinta Calle Norte, que a partir del extremo Oeste de la Plaza se llamó Calle Candelaria. Casi a mitad del parque, y encarando a la Roosevelt, existía el Club Plaza, un centro nocturno de triste historia por la cantidad de personas muertas cuando el techo, en concreto de media luna inclinada, cedió ante en primer sacudón dicembrino ¡Qué pena!
Aprovechamos para comentar que el identificado Club Plaza fue, originalmente, una especie de glorieta, empleada para presentaciones de artistas y conciertos. Tuvo otros usos como fuente de soda, y también fue sede nacional de la Oficina de Turismo.

Entre la Quinta y la Cuarta Calle Norte encontrábamos por la banda de arriba el Palacio Nacional, hoy Palacio de la Cultura, que absorbía la manzana entera, y por la contraria, una sala de exhibición y ventas de la Caribe Motor Corporation o bien Volkswagen. Contiguo, hacia el Sur, o sea hacia la Cuarta Calle, operaba un estacionamiento y la gasolinera Victoria de la marca Esso. Comenta el ingeniero Bayardo Cuadra Moreno que ella perteneció a un señor Uriarte, ahora fallecido.

La obra de don Pablo Dambach

El Palacio Nacional fue diseñado y construido por el arquitecto suizo, y no francés, como algunos creen, don Pablo Dambach. Se inauguró en 1941. Así mismo, construyó el Gran Hotel con apertura en 1938, la Casa Pellas cerca de 1937, la Colonia Dambach (primera en su género), y entre otras obras la vieja Catedral de Managua, cuya estructura metálica llegó de Bélgica, y es una copia de la iglesia de San Suplicio de París. Basta compararlas. Está por internet.

Don Pablo dejó Nicaragua alrededor de 1965, después de una larga vida de trabajo. Ubicó su residencia en París y fue vecino al Arco del Triunfo. El autor tuvo el gusto de trabajar con él cuando dirigía la Cementera. Era un maestro en todos los campos de la ingeniería, y en confianza, gustaba de narrar sus experiencias de trabajo por Nicaragua y Europa. Su acento suizo cuando hablaba francés, era inconfundible, y dominaba, además, el inglés, el alemán y el italiano, también el español nica, como él decía. Amó a nuestra tierra.

Frente al Gran Hotel, que ocupaba la cuadra Oeste entera, surgía en la esquina Norte un edificio celeste de dos pisos, propiedad de doña Cholina Baltodano de Rappaccioli, que alojaba al Restaurante Sorrento de don Giuseppe Natangelo, con teléfono 2-7711, y en la última puerta hacia el Sur, con toldo, atendían los Taxis Jiménez. En este edificio, antes operó la All American Cable, y su rótulo aún estaba allí esa noche. Seguía el Edificio Baltodano, de don Emilio y de don Duilio Baltodano, cuya estructura de cuatro pisos permanece allí sin terminar.

El Gran Hotel perteneció a una firma de doña Teodolinda González de Becklyn. La Compañía Nicaragüense de Seguros S.A. ocupó la planta baja hasta la esquina Norte del hotel, y la barbería de don Mincho González, hasta la esquina Sur. Al centro, se encontraba la entrada principal al lobby del hotel.

Seguía la Tercera Calle, más conocida como Momotombo, que abría las puertas a la modernidad con el Edificio de la Inmobiliaria de Ahorro y Préstamo S.A. y sus siete pisos, justo al frente Sur del Gran Hotel. Continuaba el Almacén Zodíaco, que respondía al teléfono 2-5006, seguido por la tienda de los Sucesores de Manuel J. Riguero. Luego estaba el edificio de cuatro plantas del comerciante libanés, don Jorge Del Carmen.

La Inmobiliaria fue concebida por el arquitecto Julio Villa, construida por Sovipe Ingenieros S.A. e inaugurada en 1965. El edificio de don Jorge Del Carmen tuvo diseño del arquitecto Julio Cardenal, y se construyó en los años 50 por Cardenal, Lacayo, Fiallos S.A. o sea Carlafisa.

La carne asada del Gran Hotel

La esquina Noreste de la Momotombo, la formaba un terreno que siempre estuvo vacío y operaba como estacionamiento para huéspedes del hotel, pero es histórico porque en él funcionó Los Gauchos Parados, una venta al aire libre de carne asada que se hizo famosa, y también se conoció como “La Carne Asada del Gran Hotel”. Continuando hacia el Norte, teníamos el Restaurante Universal, de menú chino y manejado por dos asiáticos, Payo y Willy, de quienes se decía eran familia del dueño, señor Juan Wong. Payo tenía un inmenso lunar rojo, como un mapa, y le cubría gran parte del rostro y de la cabeza calva.

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